lunes, 1 de septiembre de 2008

Pensamiento profundo.

Hay días como hoy que me acuesto en el piso, me pongo a reflexionar sobre mi vida, lo que he hecho, lo que quiero, mis metas, mis sueños, mi futuro. Prefiriendo el frío y duro suelo a una cama suave y acogedora, para el dolor no importa donde estés acostado.

Siempre me encuentro en un lugar muy oscuro, donde no hay colores, todo es negro, como quisiera que fuera blanco, así podría perderme y no verme a mi mismo, se que ese lugar es en mi corazón, en un área muy adentro de mi ser, un lugar vacío.

A veces quisiera poder huir de la realidad e irme a un mundo de fantasía, un lugar creado por mí, donde nada me haga daño y donde por fin pueda ser feliz. Sin embargo algo me ata a este mundo, me clava los pies al piso y no me deja ser libre.

Todas las noches es lo mismo, ese pensamiento recurrente, la idea y la tentación de acabar con mi vida, cortar mis venas a lo largo del brazo y dejar que la sangre fluya, caiga al piso y se lleve la poca vida de este cuerpo. Dejar que la hoja mate mi dolor y corte mis penas.

Quisiera poder clavar una daga en mi corazón para dejar de sentir o una flecha en mis pulmones para dejar de respirar, que todo termine de una vez por todas.

Me doy cuenta que aspiro a llegar muy alto y cuando caiga el impacto contra el piso va a doler mucho, se que no me matara, por mas que lo quiera no podré morir, viviré para sufrir. Siempre me he preguntado porque no puedo morir, tantas veces he estado a punto de morir y siempre me salvo.

Soy un zorro blanco de ojos cafés, viviendo en el desierto en lugar de la nieve, vivo entre la arena padeciendo de migraña, dolor de espalda y mucho pero mucho calor.

Dios, dime porque permites que sufra así, de esa manera, sabiendo que es pecado acabar con mi propia vida, lo admito me da miedo ser castigado por mi ultimo acto, pero me tientas a hacerlo.

Miles de veces me he hecho esa misma pregunta y si en verdad vale la pena. Tengo la respuesta, pero no se que hacer con ella.

Algún día este zorro manchara su pelaje blanco de sangre, de su propia sangre y es entonces cuando será demasiado tarde, no habrá camino de regreso. Tal vez ahí es cuando por fin sea feliz.

No hay comentarios: